lunes, 4 de marzo de 2013

CAPITULO 9:

23.45 h.

Hacía ya mas de media hora que estaba tumbada en la cama. No conseguía dormirse. Estaba demasiado feliz y tenia ganas de saltar y gritar. Entonces se oyó un ruido. Venia de su teléfono móvil. Acababa de recibir un mensaje. Claudia no tenia ni idea de quien podía ser a aquellas horas de la noche. 
Se levantó despacio para no hacer mucho ruido y molestar a su hermano, que como siempre, debía estar estudiando. Cogió el móvil de encima el escritorio de su habitación, y abrió el mensaje.

"Tardé un segundo en conocerte y solo una tarde en enamorarme. Pero te aseguro que será muy difícil olvidarte. Buenas noches Princesa <3"

Una pequeña sonrisa se apoderó de los labios de Claudia, y llena de emoción se tumbó en la cama dando patadas con las piernas en el colchón. Estaba demasiado feliz como para hacer cualquier otra cosa. Se sentía la chica mas afortunada del mundo. Marcos era un caballero y todo un romántico. Tenía que responder el mensaje y desearle buenas noches a él también. 

"Eres la casualidad más bonita que ha llegado a mi vida. Te quiero, y no quiero que acabe nunca." Claudia pulsó enviar y esperó a que él lo recibiera y le contestase. 
Los minutos pasaban y Marcos no contestaba a su mensaje. Claudia llegó a la conclusión de que ya estaba dormido, o de que había apagado ya el móvil.
Dejó el suyo otra vez encima del escritorio y fue hasta la cocina para ir a tomar un vaso de leche.

Al volver a su cuarto, Claudia vio a Lucas, tumbado en su cama, mirando el techo con la mirada perdida. Estaba raro, Claudia lo había notado desde que entró por la puerta hace unas horas. Sabía que no debía meterse en la vida de los demás, pero estaba muy preocupada por lo que le había pasado esta tarde. 
Decidió entrar para hablar con él, y no salir hasta saber que es lo que le pasaba a su hermano.

Llamó a la puerta y entró sin esperar una respuesta. Lucas se levantó de golpe, y se frotó los ojos con las manos. 
-¿Que haces aún despierta Claudia?¿Has visto la hora que es?- Lucas intentaba parecer cansado. 
-Ya se la hora que es, pero no puedo dormir.- Claudia se acercó a él y se sentó en un lado de su cama.
-¿Por que? ¿Ha pasado algo Claudia?- Lucas dejó de lado sus problemas y se centró en su hermana.
- No, a mi no, pero creo que a ti si... ¿Cuando me lo piensas contar Lucas? Cuando he entrado esta tarde por la puerta y te he visto, he notado que te pasaba algo...- 
Lucas sabia que su hermana tenia razón. Tenia problemas, pero no necesitaba compartirlo con nadie, o eso era lo que el creía. 
- Claudia, déjame dormir, estoy muy cansado. Por favor.- Lucas se tumbo de nuevo en su cama con la misma postura de toda la noche.
- ¿Es por Ana verdad ...? Te has lanzado y te ha rechazado... No estés triste.- Claudia intentaba decirlo con tacto, pero era casi imposible.
Una pequeña lágrima resbaló por la mejilla de Lucas. Él intentó esconderla, pero sin éxito  ya que Claudia se dio cuenta.
- Lucas, contéstame por favor. No puedo verte así.- Su hermana se estaba preocupando.
Lucas no podía más. Ya tenia suficiente con su conciencia, y no necesitaba que una niña pequeña le diese una clase de psicología. 
- Claudia, vete.- Lucas se levantó, y cogió a su hermana por el brazo. - No te metas más en mi vida, ¿lo entiendes? Venga, ¡fuera!- Su paciencia estalló, y hecho a su hermana de mala manera de su habitación.
Claudia sin poder decir nada, volvió a su habitación llorando.
Lucas,  por su parte, volvió a incorporarse en su cama. Estaba destrozado, en un solo día ya había herido a dos personas, y lo peor era que eran las dos personas que quería mas del mundo.
Al fin, los dos hermanos consiguieron dormirse, cada uno con sus problemas rondando por la cabeza.

7.00 h.

Claudia ya estaba levantada. Estaba preparando el desayuno y las cosas para ir al instituto. Había dormido fatal. No soportaba estar enfadada con nadie, y mucho menos con su hermano. Entonces alguien llamó al timbre de su casa. Cogió sus cosas, se puso la chaqueta y bajó para abrir la puerta y ver quien había llamado al timbre aquellas horas de la mañana. 

Cuando llegó a la puerta se llevó una sorpresa. Un chico en moto le esperaba en la calle. 
- Buenos días princesa, ¿te apetece una ruta en moto por Barcelona?- Marcos se quitó el casco y bajo de la moto. 
Claudia sonrió, se sentía muy afortunada, y antes de que pudiera responder, Marcos se le acercó y la beso. 




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