CAPITULO 2:

Aquella misma mañana en otra parte de Barcelona...

6.15 de la mañana.

- Claudia, despierta que hoy empiezas segundo de bachillerato  ¿ya no te acuerdas?- Dijo Lucas haciendo cosquillas a su hermana pequeña.

- ¡Lucas! No me hagas cosquillas que sabes que no las soporto- Claudia, no aguantaba las cosquillas, y aunque se hiciera la dura, le encantaba que su hermano le despertara así.

- Venga hermanita levanta y prepárate que en un rato te llevo en coche al instituto.-

- Sii... No hace falta Lucas, me apetece ir caminando.- Dijo Claudia intentando incorporarse en su cama.

- De acuerdo, como quieras, pero date prisa que sino llegaras tarde a tu primer día de clase.- Lucas la trataba como si aun fuera una niña pequeña, la mimaba mucho, pero a ella eso le encantaba. Los dos hermanos tenían muy buena relación y se querían un montón.

Claudia se levanto, se ducho y se vistió. Cuando ya estaba lista bajo a la cocina, donde encontró un magnifico desayuno hecho por el "cocinillas de la casa", su hermano Lucas.

Cuando terminó de desayunar cogió su chaqueta y su mochila llena de libros y dio un beso enorme a su hermano, que le deseó buena suerte en su primer día.

Estaba contenta. Por fin podría reencontrarse con sus mejores amigos Julia y Javier, que no los veía desde que terminó el curso pasado en junio. 

Por el camino, paro en una panadería a comprar algo para desayunar en el recreo.

- Buenos días- Dijo Claudia con una bonita sonrisa en la cara.

- Buenos días Claudia, ¿que te apetece hoy para desayunar?- Dijo la panadera, que le había cogido un gran cariño a aquella muchacha.

-Mmm... creo que cogeré un trozo de aquel pastel de manzana-

- Muy buena elección, ya veras que esta riquísimo.- Dijo la señora acentuando el -ísimo.

Claudia pagó y metió el trozo de pastel de manzana en el bolsillo delantero de su mochila. Se despidió de la panadera y esta le deseó buena suerte en su primer día de curso.

No llevaba ni una hora de día y dos personas ya le habían deseado buena suerte en el comienzo del curso. Claudia tenia el presentimiento que aquel sería un gran día. 

Entonces "Forever Young" la hizo volver al mundo real. Era el tono de su móvil, alguien la estaba llamando. ¿Pero quien podría llamarla a esa hora de la mañana?

-¿Si, quien es?- 

- ¡Claudia tia cuanto tiempo! No sabes cuanto te he echado de menos...-

- ¿Julia eres tu? Yo también te he echado mucho de menos. Es un rollo que tenga que pasar todo el verano en Platja d'Aro, no hemos podido quedar ni un solo día.-

- Bueno eso ahora ya da igual. ¿Donde te metes? Yo ya hace rato que te estoy esperando delante del instituto...

- Estoy de camino, ahora vengo.-

Claudia colgó y miró la hora del móvil  las 7,05. Era muy tarde. Tenía que darse prisa, las clases empezaban en diez minutos. Guardó el móvil de nuevo en su mochila, y continuó caminando hacia el instituto.

De repente, sin poder hacer nada, un chico chocó con ella y los dos cayeron al suelo. Todos sus libros y papeles ocuparon el suelo de la calle.

El chico se disculpó y la ayudo a recogerlo todo. Parecía que no lo había hecho aposta. Claudia aceptó las disculpas y le sonrió. Luego se levantó y continuó su camino.

Llegó al instituto a las 7,13 y solo tubo tiempo de entrar corriendo a clase y sentarse en la primera mesa que encontró.

Entonces sacó los libros de su mochila para guardarlos en el cajón de la mesa. Y fue entonces cuando se dio cuenta que no tenia la agenda.