sábado, 9 de marzo de 2013

CAPITULO 10:

El cielo estaba nublado. Lucas cerró la cortina. Parecía que el tiempo se había puesto de acuerdo con su estado de ánimo. Eran ya mas de las 7.00 de la mañana. Claudia ya debería estar a punto de irse al instituto. En días normales, el la habría levantado y le habría preparado un buen desayuno, pero aquel día era diferente. La pelea de la noche anterior les había distanciado. Lucas volvió a mirar por la ventana. Vio a un chico en moto esperando delante de su puerta, y cuando iba a abrir la ventana para decirle que se fuera, vio como Claudia se le acercaba y se subía a su moto.
Locas les siguió con la vista hasta que la moto se convirtió en un punto negro en medio de la calle. No sabia que su hermana tuviese novio, y mucho menos de la edad de aquel chico. Se sentía enfadado con su hermana por no habérselo contado. Tenia que conocer como fuese a aquel chico para poder ver como era.

Aún con la preocupación de aquel chico misterioso, Lucas se dirigió hasta la ducha. Aquel día lo tenia libre, y decidió tomárselo con calma. Tenia planeado encontrarse con Ana para poder aclarar el malentendido de la tarde anterior, y si le sobraba tiempo, buscaría al chico misterioso de aquella mañana. Además, tenia que hacer las paces con su hermana, por que al fin y al cabo, todo pasó por su culpa, por no querer que ella le ayudase en sus problemas.

Salió de la ducha cuando eran mas o menos las 7.30 de la mañana. Se visitó con una ropa informal y desayunó algo en la cocina.

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Aquella misma mañana, unas calles mas abajo en la misma ciudad...

Eran las 7.15 de la mañana. "Mierda" pensó Ana. Se había quedado dormida. Quería levantarse deprisa para poder llegar a tiempo al trabajo, pero su cuerpo pesaba demasiado. Era consciente de que como mucho había dormido cuatro horas, aquella noche. Intentó levantarse despacio. Cuanto mas levantaba la cabeza, mas fuerte era el dolor que tenía. Hacía tiempo que no se sentía así. Era una mezcla entre hecha polvo por dentro y dolorida por todo el cuerpo. Decidió levantarse de la cama para ir a buscar el termómetro. Llegó al baño a paso lento y cogió el termómetro. Estuvo durante cinco minutos tumbada en la cama, esperando el resultado. Finalmente, un pequeño silbido anunció que ya podía quitárselo. Miró la temperatura. 39,5 de fiebre. Estaba muy alta. Estaba claro, aquel día no podría ir a trabajar. Se levantó de nuevo para devolver el termómetro a su sitio. Aprovechó también para coger el teléfono móvil y llamar a la escuela para anunciar que aquel día no iría a trabajar. Se fue hasta la cocina y se tomó algo para que le bajase la fiebre. 

Le dolía todo, se encontraba fatal, pero ella sabia que una gran parte de este dolor era mas por Lucas que por la fiebre que pudiese tener en aquel momento.
Decidió que lo mejor era quedarse todo el día en la cama. Necesitaba descansar y no pensar mas en sus problemas. No tenia hambre. La noche anterior tampoco había cenado casi nada, pero sentía que si comía aun se pondría peor. Ana se limitó a tumbarse en su cama, con las persianas de la habitación cerradas e intentar dormir un poco.

Pasaron cinco horas, ya eran las 12 del mediodía  Ana estaba medio despierta. Aun se encontraba mal, pero le había desaparecido bastante el dolor de cabeza. 

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Lucas cerró con llave y bajó a la calle. Cogió el coche nuevo con el que había llevado a Ana a patinar. Aun podia oler su perfume. Cada vez estaba mas convencido que lo de el día anterior no había sido un error, sino el comienzo de algo muy bonito entre Ana y él. 

Aparcó en una calle cerca del centro de la ciudad. Bajó y se dirigió hasta la floristería mas próxima. 

- Buenas. - Lucas saludó al entrar en la tienda.
- Buenos días, ¿ que desea ? -  Una mujer de mediana edad le atendió muy amablemente.
- Pues me gustaría un ramo de flores para regalar.- Lucas tenia pensado regalárselas a Ana para pedirle disculpas.
- ¿Enamorado?- La mujer sonrió y le guió hasta un rincón lleno de flores y ramos de colores. 
Lucas la miró y se puso un poco rojo. 
- Aquí tienes todas las flores, coge un ramo y llénalo de las que mas te gusten. -  La mujer dejó que el chico escogiese tranquilamente las flores para regalar.
- Muchas gracias - Lucas se acercó para coger un ramo vacio. Miró todas las flores, y cogió unas pocas de las mas bonitas. Le quedó un ramo precioso.

Lucas volvió hasta su coche con el ramo de flores y se dirigió hasta el colegio de Ana. El reloj marcaba ya las 13.02, la hora en la que ella salia de trabajar. Cogió el ramo de flores y bajo del coche. Decidió esperarse a fuera en la acera como el día anterior. Los niños iban saliendo, pero Ana no aparecía por ninguna parte. Finalmente, Lucas decidió entrar a por ella. Buscó en su clase, pero no la encontró.

- ¿Busca a alguien, joven? - Un hombre bastante mayor captó la atención de Lucas. Era el director del colegio
- Ehh, si. ¿Sabe donde puedo encontrar a Ana? - 
- Lo siento, Ana no ha venido a trabajar hoy. A llamado esta mañana diciendo que no podía venir. - El hombre se despidió de Lucas y siguió con sus tareas.

Al oír aquello, Lucas volvió deprisa hasta su coche. ¿Que le habría pasado a Ana para que no hubiera ido a trabajar? Encendió en coche y se dirigió hasta la casa de ella.

Aparcó el coche en la calle de enfrente. Tenia las persianas de su casa cerradas. Quiso llamar al timbre, pero antes de hacerlo se dio cuenta de que la puerta no estaba cerrada con llave. Entró y subió las escaleras hasta la entrada. Estaba todo oscuro, pero tenia mas miedo por lo que le podía haber pasado a Ana que por caerse por el pasillo con las flores en la mano.
Buscó por el comedor y la cocina, no había nadie. Finalmente decidió entrar en su habitación. Estaba muy oscuro, no podía ver nada. Entonces Lucas encendió la luz y pudo ver a Ana tumbada en su cama durmiendo. 
"Pobrecita", pensó Lucas. Debe de haberlo pasado fatal. Lucas se sentó a su lado y le besó en la frente. Estaba ardiendo, debía tener bastante fiebre.
Entonces Ana se despertó y vio a Lucas a su lado.
- No te preocupes mi vida, ya estoy aquí ...- Dijo Lucas intentando calmarla.




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